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¿Cansados de viajar mal y de los malos servicios? He aquí las noticias más recientes sobre el mal funcionamiento, atrasos, choques e incendios de trenes.

Policiales | 20/06/2011 | 12:06:00

Crece el robo de celulares de alta gama en los trenes

Le llaman el "Efecto I-Phone". Los delincuentes buscan teléfonos caros que luego colocan en el mercado negro.

En las principales capitales europeas el vandalismo mediante robos y arrebatos en los trenes es una marca registrada. Aún más desde la explosión de ventas de los teléfonos celulares “inteligentes”, cuyo costo por unidad puede superar los 3.000 pesos. De hecho, se denominó al flagelo el “Efecto I-Phone”, por el famoso aparato de la compañía Apple. No caben dudas que se trata de una mercancía muy preciada para los delincuentes, que revenden los equipos en el mercado negro. Aquí, está ocurriendo un fenómeno similar, que se traduce en cientos de robos cotidianos, a toda hora y en ocasiones de manera muy violenta. Los pasajeros se quejan de la ausencia casi absoluta de seguridad y aseguran que las estaciones están virtualmente liberadas para el delito. Los relatos de las víctimas que perdieron sus pertenencias son estremecedores. Es que los grupos delictivos no ahorran violencia para lograr su cometido. “El lunes 6 de junio, pasadas las 14, el tren paró en la estación de Paso del Rey. Tres pibes le robaron la cartera a una mujer mayor, que se resistió. Entonces empezó un terrible forcejeo, la tiraron al piso y le lastimaron todo el brazo. La mujer gritaba desesperada, pero no había nadie para socorrerla. No había policías, ni personal de vigilancia. El único empleado de la empresa concesionaria, que estaba en otro vagón, dijo que no podía comunicar nada porque no contaba con handy para hacerlo”, relató a DIARIO POPULAR Alicia Dascanio, integrante de la ONG MAFAVI y que utiliza habitualmente la ex línea Sarmiento. Mariana Fuentes también utiliza la misma línea. “Hace un mes, estaba dentro de un vagón en Liniers. En ese momento, alguien me mandó un mensaje de texto y se me ocurrió sacar el teléfono y contestar. A los dos segundos, un pibe se abalanzó y trató de arrebatarme el equipo. Es un Blackberry de 2.500 pesos, que todavía estoy pagando. Pude evitar el manotazo, y el chico no siguió forcejeando. Salió corriendo hacia el andén”, contó la mujer.

La presencia de “cuevas”
Acerca de la problemática, Luis Vicat, licenciado en Seguridad Pública, expresó que “los llamados teléfonos inteligentes o smarthpones se masificaron, y la delincuencia sabe que ocurre esto y opera en consecuencia”, precisando que “la consecuencia directa, que confirma el fenómeno, es la presencia en los alrededores de las estaciones de cuevas donde los equipos son liberados en pocos minutos y ofrecidos a la venta, a mucho menor precio”. La experiencia de Dascanio no se redujo al caso de la mujer mayor. “El miércoles 8 volví a viajar y en la misma estación le robaron sus pertenencias a otro pasajero. Hablando con una mujer, me contó que el día anterior vio otro robo en ese lugar. Claramente, es zona de nadie. No hay policías, ni nadie vigilando. Los delincuentes atacan cuando el tren está parado en la estación. Traban una puerta, roban y salen corriendo, aprovechando que el tren arranca y cierra las puertas. Esto pasa en todos lados”, dijo la mujer. Pero hay más testimonios. “Me compré un teléfono caro, y me lo robaron a los tres días. Viajé desde Liniers hasta Morón, y en el trayecto alguien me tajeó la mochila. Lo tenía bien guardado, pero lo encontró igual. No me di cuenta de nada. Perdí 2.000 pesos que nadie me devuelve. Tengo una bronca total”, dijo Carlos Pacheco. Daniel Fernández, de la organización vecinal Cabildo Ciudadela, explicó que “la situación se complica en horarios nocturnos, no tanto en horas pico, porque en ese momento la gente viaja como ganado, entonces casi que los ladrones no pueden operar”. Asimismo, destacó que “en los vagones se consumen drogas y alcohol, lo que empeora el marco de inseguridad”, agregando que “en las estaciones los negocios habilitados venden alcohol, algo que se debería prohibir”. Fuentes de la Policía Federal, que tienen a cargo la seguridad en las estaciones y trenes, explicaron que “en los últimos meses se incrementó la cantidad de pungas detenidos en operativos” que apuntan a la seguridad en el transporte. Sin embargo, los usuarios sostienen que la presencia de uniformados viene en descenso desde marzo. “En ocasiones no hay nadie, ni boleteros. En los trenes a nadie se le ocurre sacar un teléfono para usarlo porque los pungas andan dando vueltas. Ya me cansé de ver arrebatos y hasta gente lastimada por los teléfonos. A principios de año se veían gendarmes, pero ahora es una desolación total”, dijo el usuario Ezequiel Rivara. Tal como se revela en los testimonios, la mayor parte de los hechos delictivos vienen ocurriendo en el ramal de la ex línea Sarmiento, que une Once con Moreno. “Es la línea que tiene un caudal de pasajeros impresionante y donde se concentra la mayor cantidad de robos. Le sigue el ex ramal Roca, y luego los subterráneos”, dijo Vicat.

Por Maximiliano F. Montenegro


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