Desarrollo del Taller

El curso de Morfología General consiste en el estudio de las formas espaciales en su dimensión entitativa, es decir, la forma en la instancia previa a ser parte del repertorio de la forma arquitectónica o de la forma urbana. Este recorte nos ubica en la investigación proyectual tratando de reconocer la estructura abstracta y compositiva de una espacialidad tomando como punto de partida una clasificación de espacios que luego, en la instancia de la morfología específica se convertirán en formas arquitectónicas. Esta investigación se origina en base a indicios, utilizando “paradigma indiciario” que nos conduce a por infinitos destinos y algunas “certezas” en la generación y concreción de la forma.

En este primer nivel los sistemas de dibujo y su enlace con los conocimientos y prácticas de investigación proyectuales, definen una dialéctica entre el instrumento y la conceptualización del espacio. Este aprendizaje requiere que dichas herramientas operen conjunta y coordinadamente sobre aspectos sensibles y racionales del dibujo en relación al proyecto y la comunicación de ideas.

Los dibujos se definen en códigos rigurosos que no son neutros, por el contrario los sistemas gráficos condicionan las producciones. Son productos culturales, históricos y fueron generados en momentos específicos con intenciones específicas. Este rasgo trae aparejado que es posible generar nuevos sistemas que sean productos de nuestro tiempo y de nuestro espacio. Pensamos que el acto de dibujar construye el mundo y a su vez nos permite operar dentro de ese mismo mundo. El dibujo no es un mero registro o inventario de la realidad, sino que es nuestro instrumento para producir conocimiento proyectual. Para cumplir con estos objetivos nos valemos de los sistemas de dibujo:


Cada uno de estos tipos define sentidos diferenciados del espacio y nos remiten a datos de lecturas abstractas o figurativas del mismo. Capacitar en el uso y comprensión de estos principales sistemas, implica hacer conocer explícitamente sus normativas, y de estas, sus justificaciones internas, como así también implica abordar el plano significativo, que considera la noción de espacio que cada uno de ellos determina. Tomando las definiciones de Liliana Giordano y Roberto Doberti planteamos la siguiente relación, que asigna a cada sistema su sentido estructural:

El Taller se centra en la capacitación específica en torno a la práctica del dibujar para proyectar, sistematizando el proceso de proyecto. Entendiendo que no dibujo lo que conozco sino que dibujo para conocer. Uno de los grandes objetivos es que al inicio del curso nos encontremos con estudiantes y al final del curso interactuemos con estudiantes devenidos a proyectistas.

Se plantean dos atributos potenciales del dibujo, uno su condición pre-figurativa y generadora de forma y el otro su posibilidad de representar la realidad existente, podemos decir que estamos operando sobre representación selectiva de objetos de nuestro entorno y también sobre la anticipación de formas que aun no tienen su existencia concreta. Cada uno de estos desarrollos define operaciones de entorno y contorno, de sistemas y de objetos, de lógicas compositivas y lógicas de invención.

Hablamos de construcción de la geometría con la intención de remarcar un largo proceso de germinación de las nociones y procedimientos que la definen. Pero aún más relevante es la condición incesante e inacabable de esos procesos constructivos. Menos aún puede legítimamente pensarse a la geometría como disciplina ajena a la realidad del mundo, independiente de los sujetos históricos que la orientan y enriquecen y de los marcos sociales que originan y sustentan su sentido. La otra dimensión, que se conjuga como reverso y complemento necesario de la construcción de la geometría, es la geometría de la construcción. Me refiero con esta expresión a la interpretación de la geometría como la estructura abstracta pero decisiva que subyace a todas las construcciones humanas.

La necesidad de organizar las construcciones sobre la base de alguna geometría recorre toda la gama de las producciones humanas, ya se trate de elaboraciones materiales, teóricas, políticas o poéticas. Ese sustento que parecen requerir las distintas elaboraciones deviene tanto de esa suerte de esquema abstracto básico capaz de justificar lo particular de cada fragmento, cuanto de la regulación y legitimidad que otorga la presencia de principios –más estrictamente diríamos axiomas– de los que se deriven las diferentes instancias y resultados del proceso constructivo.