Te damos algunos consejos para que eproveches tus electrodoméssticos, y a la vez ahorres energía y dinero cuidando el medio ambiente.
La energía eléctrica ha revolucionado la vida del hombre y se ha convertido en un servicio vital, pero debemos utilizarla responsablemente. Debemos ahorrar en la mayor medida posible, para que las futuras generaciones también puedan dis- frutar de los recursos y disminuyan las emisiones contaminantes relacionadas con su uso.
No malgastes la luz cuando no sea necesaria. Aprovecha la luz natural, pinta de colores claros las paredes y los techos, reduce al mínimo la iluminación ornamental.
Basta con comprar lámparas y bombillas clase energética ‘A’ para lograr una mayor eficiencia y un ahorro a medio-largo plazo.
Llenar la lavadora y el lavavajillas ahorra el consumo de energía: lavas más cosas de una sola vez. La temperatura de 30°C puede ser suficiente para la ropa muy sucia y permite ahorrar tres cuartas partes del consumo del ciclo más caliente. Si lavas con agua fría, el ahorro es del 80% de la energía.
Los aparatos como televisores, ordenadores o vídeos en estado de espera consumen el 15% de su consumo total.
El cargador consume aunque no esté conectado al teléfono. Desenchufa el cargador del móvil cuando no lo uses.
Tender la ropa al aire libre en lugar de usar una secadora eléctrica permite ahorrar unos 50 kg de CO2 cada año, además de evitar los 318 kg de CO2 emitidos en su fabricación.
Con un gesto tan sencillo como hervir sólo el agua que necesitamos al cocinar contribuye a ahorrar unos 25 kg de CO2 al año. Si usas un hervidor eléctrico, cubre por completo las resistencias.
Una hora de plancha equivale a 20 horas de televisión o a siete de ordenador. Intenta planchar grandes cantidades de ropa y apágala si no la estás utilizando.