Preservan la biodiversidad, las variedades de semillas y las condiciones de cultivo para las generaciones futuras. Su cultivo resguarda la calidad del agua, del aire porque evita los olores nocivos y las lluvias ácidas producidas por los químicos y la erosión de los suelos porque preserva el "capital natural" de la tierra mientras que los fertilizantes químicos la agotan impidiendo su regeneración natural y por consiguiente, la vida de tantos organismos benéficos de la cadena alimentaria.
Protege la salud de los trabajadores agrícolas: porque en la agricultura convencional los trabajadores están expuestos directamente a los plaguicidas y fertilizantes químicos, contrayendo graves enfermedades.
Enterate cuales son los alimentos disponibles según la estación del año en la que estás.