Es de suma importancia posibilitar que los niños ciegos se desarrollen en forma plena, es decir, con libertad y autonomía, haciendo uso de las capacidades de cada uno.Con estas actividades estimulamos esa idea, brindamos herramientas para su vida adulta y no dependiente de otro.
Aprender el alfabeto
A lo largo de este siglo, el fútbol, nacido como un simple pasatiempo escolar, se ha ido transformando en un fenómeno cultural de masas, entendiendo la cultura en el sentido amplio de la palabra. Y aunque resulta imposible explicar en una frase las causas de semejante evolución, nos acercaríamos bastante a la realidad si reparásemos en la capacidad que este deporte posee para generar emociones, tanto en quienes lo practican como en los que lo disfrutan como espectadores. A esto no fue indiferente el deportista ciego que convirtió el fútbol en una de sus opciones deportivas con mayor arraigo.
Comenzó a practicarse en los colegios. El escenario ideal era el patio durante los recreos. Esto fue durante los años 20, o quizás, incluso antes, pero desde entonces ha demostrado ser un deporte atractivo para los atletas ciegos. En resumen, un reto. No importaba el tamaño de la pelota o el material del que está hecho, lo único que realmente importa es que se escuchara, marcar goles y divertirse.
El fútbol de ciegos, creció condicionado por lo reducidos espacios que los colegios destinaban al deporte, aunque en grandes superficies se diluía el juego, la orientación y perdía ritmo el partido. Por todos estos obstáculos y ante las evidencias que obstaculizaban la diversión y la seguridad, se optó por practicar el fútbol sala. Con las adaptaciones necesarias aporta mayor dinamismo al juego por sus reducidas dimensiones y por las vallas laterales que además de permitir jugar ininterrumpidamente sin tanto saque de banda, son un elemento de orientación y seguridad para el jugador El portero es vidente y tiene limitada su maniobrabilidad a una pequeña zona dentro del área de penalti. Un guía detrás de la portería orienta a los jugadores.
El fútbol-sala de ciegos, con un reglamento pulido y elaborado, no es un deporte peligroso. Esta es una idea que se disipa cuando se presencia un partido de fútbol sala de ciegos con la estructura adecuada. Existen choques pero no más que en un partido de videntes, teniendo en cuenta que es un deporte en donde el contacto con el rival es constante y ocho jugadores disputan un balón en unas dimensiones de veinte por cuarenta metros.
Al hablar de fútbol sala de ciegos, hablamos de habilidad para manejar un elemento externo, (el balón), que requiere técnica, orientación, dominio espacial y corporal. Este deporte exige una coordinación para el regate, el disparo a puerta y para no perder el orden táctico.
En 1986, se disputó el primer Campeonato de España de fútbol sala con un gran éxito en aquel momento. Desde entonces se viene desarrollando un calendario nacional que ofrece más de trescientos partidos anuales, que permiten sacar conclusiones respecto al reglamento con un mínimo índice de lesiones y accidentes. Esta experiencia ha permitido participar en torneos Internacionales en Francia, Grecia, Italia, Brasil o España, lo que demuestra que el poder de convocatoria de este deporte no se restringe tan sólo a Europa, sino también a Latinoamérica y el Caribe, sumando más de treinta países en todo el mundo.