En el momento de proyectar se pone en juego: la coherencia de nuestra tarea, la necesidad de respetar el juego dialéctico del aporte del conocimiento profesional, y la necesidad familiar.
Este aporte debe resultar en espacios que favorezcan la vida en relación de las personas, que aporten a su vínculo comunitario y su acción transformadora.
El listado de problemas y deseos funciona además como herramienta que permite cierta imparcialidad en la evaluación de las alternativas.
Es el instrumento que favorece una amable resolución de la contradicción entre lo que convencionalmente se comprende como propietario.
A partir de la idea, el profesional, y el propietario de la vivienda, sumado a la concepción del diseño como trabajo conjunto, se materializa en primer término hacia el interior del grupo, mediante la discusión de los proyectos, y seguidamente en relación al destinatario del proyecto.
El mismo debe ser protagonista de las decisiones y, en tal sentido, tener la posibilidad de elegir cuál es la mejor solución a la problemática planteada.
Por tal motivo, el equipo elabora al menos dos alternativas de resolución que, junto con la propuesta elaborada por el vecino en la entrevista, y luego se presentan en un mismo código gráfico.