La Línea I del Subte de Buenos Aires fue un proyecto que quedó en el papel, una línea que nunca vio la luz. Se proyectó para conectar el Parque Chacabuco con el límite entre los barrios de Belgrano y Núñez, a lo largo de 6,6 km y con diez estaciones. Sin embargo, en 2013, Subterráneos de Buenos Aires decidió no construirla debido a la supuesta baja demanda. Aunque el metrobús ocupó su lugar, la sombra de la Línea I persiste como un recordatorio de oportunidades perdidas en la red de transporte subterráneo.

En los pasillos de las universidades, entre apuntes y sueños, los estudiantes soñaban con un atajo. La Línea I del Subte, con su promesa de conectar el Parque Chacabuco con la anhelada Ciudad Universitaria, era más que un proyecto de transporte. Era un vínculo entre el conocimiento y la realidad.

Imagina sus conversaciones en los bancos de la facultad: “Cuando esté lista la Línea I, llegaremos a clases sin demoras, sin agobios en los colectivos. Será nuestro atajo hacia el saber.”

Pero no dejaron de soñar. Esos estudiantes varados en sus esperanzas, viendo pasar los días y los vagones vacíos.