Somos una pequeña empresa que se originó a las afueras de El Bolsón, produciendo mermeladas. Comenzó como un pequeño emprendimiento personal y luego se amplió para toda la ciudad. Hoy en día, tenemos varias franquicias en lugares turísticos dentro de Río Negro como ser Bariloche, Las Grutas, Viedma, Valle del Río Negro y en Dina Huapi, cada uno muy personalizado, familiar y casero para no perder la esencia de lo artesanal y regional que tiene la mermeladas. Creemos en las costumbres, y las intentamos mantener. Nuestra producción se basa en mermeladas artesanales, las cuales se venden únicamente en Río Negro, para hacerlo algo más íntimo y casero. Son una tradición mundial, y hace recordar a las abuelas. Es por ello que nos gusta mantener la costumbre casera y hogareña que poseen las mermeladas. De todas formas, tenemos la opción de hacer pedidos por internet. Las mermeladas son una jalea untalbe de sabor dulce que se suele utilizar ya sea para cocinar, o como es más común, acompañado de pan o galletas.
En una pequeña casa a las afueras del Bolson es donde comenzó todo. Empezó como un pequeño emprendimiento personal de la dueña, quien recreaba las recetas de su abuela con una pequeña plantación de manzanas y frambuesas que tenía en su hogar. Al principio, las regalaba a sus familiares. Luego, las vendía desde su casa. Se hizo conocida en todo área vendiendo a los lugareños. Después de un año siguiendo esta forma, decidió abrir una sucursal en el centro de El Bolsón, para poder ampliar su mercado con los turistas que abundan en esta provincia tan maravillosa.
Un par de años después, abrió otras sedes en lugares turísticos dentro de Río Negro para poder seguir vendiendo sus deliciosas mermeladas a muchas más personas y poder seguir creciendo como empresa y vendiendo sus deliciosas mermeladas llegando muchas más personas. Es justo que todos puedan deleitarse con estos sabores tan característicos que solamente le pertenece a Alhelí.
Origen del nombre: Se denomina Alhelí porque la casa donde se originaron las mermeladas, tenía un enorma jardín repleto de alhelíes de varios colores. La gente comenzó a llamarla “la mermelada de la casa de los alhelíes”. Y cuando se formalizó la pequeña empresa, pasó de ser una habladuría, a ser el nombre oficial