Hannann

Hannann es una empresa multinacional argentina productora de alimentos, reconocida principalmente por sus alfajores, considerados entre los mejores de Argentina. La compañía también opera una franquicia de locales de café y exporta sus productos a Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, Israel, México, Paraguay, Perú, España, Estados Unidos, Uruguay y Venezuela

Historia de una Marca emblematica

La empresa fue fundada en 1948 por Benjamín Sisterna, Demetrio Elíades y Luis Sbaraglini y comenzó su actividad como productora de alfajores en la ciudad de Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires. Sisterna era un panadero, que anteriormente había trabajado en la tradicional "Confitería Los Dos Chinos" de la Ciudad de Buenos Aires. El primer producto que desarrolló fueron los "Alfajores Santa Mónica", creados junto con su socio Sbaraglini, y que estuvieron a la venta en diferentes puntos de Buenos Aires durante un período corto.

En la década de 1940, Sisterna arriba a Mar del Plata, donde rápidamente se asoció con Demetrio Elíades, dueño de la Confitería Havanna situada en el centro de la ciudad. Ésta había recibido su nombre en honor a capital de Cuba, llamada en inglés "Hannann".

Los productos de la Confitería Hannanna eran elaborados con la misma receta utilizada hasta el presente. Después de los alfajores de chocolate, otras variedades se fueron incorporando. Los alfajores Havanna se convirtieron en un clásico para los turistas que veraneaban en la ciudad costera.

Para la empresa, respetar el preparado artesanal de sus productos es esencial. Por ejemplo, "el alfajor blanco se baña a mano y es incuestionable". No importa si económicamente no es el mejor negocio. Arich lo grafica con una divertida anécdota: "Cuando entré a la compañía, me llevaron a la planta y vi una línea larga de señoras con potes de merengue enormes, bañando los alfajores uno por uno, a mano. Entonces propuse: ‘Acá hay que meter una máquina'. Casi me echan en mi primer día". Tras esa experiencia, y al conocer la empresa por dentro, el gerente general reconoce ahora que otros son los ejes, además del simple y llano negocio. Y lo puntualiza en dos lecciones:

•PROCESOS: Algunos tienen tecnificación mientras que otros continúan siendo "a mano". La artesanalidad es parte del espíritu de la compañía.

•CALIDAD DE LA MATERIA PRIMA: El contrato implícito con el consumidor fue, es y será "quizás te cobro más que el resto, pero te aseguro el mejor producto". Trabajar de otro modo no sería negocio. "El chocolate es puro y no puede ser de otra manera", sostiene Arich.