Una pequeña empresa británica espera con ilusión el día en el que llevemos nuestros autos a la gasolinera para abastecerlos de hidrógeno. Acal Energy, con sede en Runcorn en Cheshire, dice que, ha desarrollado un proceso que podría hacer que las pilas de combustible de hidrógeno sean mucho más baratas y duren más que las que producen las tecnologías actuales. La compañía quiere otorgar licencias a los fabricantes de automóviles del mundo, abriendo así el camino para que los vehículos de hidrógeno se vendan a gran escala en 10 o 20 años. "Creemos que esta es una de las tecnologías de vanguardia", dice Brendan Bilton, director comercial de la compañía . "Estamos bastante confiados y entusiasmados de que esto va a empezar a abrir barreras", continúa , "permitiendo que las pilas o células de combustible se incorporen en productos para aplicaciones de gran consumo ". Es un sueño audaz, pero no es una locura.