Aunque aún es marginal, la producción de frutos secos comienza a imponerse como una actividad productiva complementaria en la Patagonia Norte. Su alta rentabilidad sumada a mercados cada vez más demandantes, convirtieron a nueces, avellanas y almendras en los nuevos huevos de oro de la región: no sólo productores tradicionales reservan parte de sus chacras a este cultivo, sino que sectores de otros rubros con capacidad de ahorro, como los petroleros, se inclinan por invertir en estas variedades.
“Ninguna actividad agrícola tiene rentabilidad tan alta, pero en este caso, los frutos secos dejan entre un 25 y un 30% de retorno”, señaló Iannamico, especialista del INTA Alto Valle, quien detalló que en la Norpatagonia existen 1.000 hectáreas de nogales, 450 de avellanos y 150 de almendros.
Inversión y mano de obra
La mano de obra se presenta como un problema debido a la necesidad de recolección manual. Aún así, desde el INTA se están realizando trabajos para mecanizarla.
Mercados
Todos miran para afuera, pero los frutos secos son especialmente demandados en el país. Por caso, Argentina importa casi el 80% de las avellanas y el 45% de las almendras que consume.
“ Los productores tienen la alternativa del mercado interno, que está pagando más que la exportación, con una demanda muy grande”, señaló Iannamico. Para productos pelados se necesita una habilitación sanitaria. Pero son cosas sencillas: no necesitan cadena de frío, conservación o tratamiento”, detalló.
En el país, Catamarca, Mendoza y La Rioja van a la cabeza en la producción de nueces y almendras. Sin embargo, el 90% de las avellanas se producen en Río Negro, una señal de que la provincia tiene recursos para posicionarse.
A nivel internacional, China es el campeón de la nuez, aunque consume todo lo que produce e incluso debe importar para saciar su demanda. Estados Unidos es el primer país productor de almendras y, en avellanas, Turquía encabeza el ranking.
Mercado exterior
Entre los principales demandantes de frutos secos se encuentran Alemania, Francia, Gran Bretaña, Japón y Estados Unidos. No obstante, las exportaciones de la Argentina no son influyentes en el mercado internacional, aunque han crecido más del 160% en los últimos dos años.