Surgieron serias observaciones sobre la utilización a gran escala del derivado del maíz y de la caña de azúcar a nivel mundial.

El centro de análisis Notre Europe también criticó la decisión del Consejo Europeo de aumentar el consumo de biocarburantes hasta alcanzar 10% para 2020.
Al hacer un balance, sin embargo, apunta que el etanol tiene un impacto ambiental favorable porque emite menos cantidad de monóxido de carbono y de dióxido de carbono, o genera azufre ni óxido de nitrógeno, que están sin duda involucrados en la lluvia ácida.

En cambio, el gas natural, aunque es el menos contaminante de los combustibles fósiles, sí genera una mayor cantidad de gases de efecto invernadero. Otros países también se han interesado por los biocombustibles.

Colombia produce anualmente unos 300 millones de litros de etanol a partir de caña de azúcar y espera extraer a partir de 2008 unas 645.000 toneladas de la palma africana. Argentina aspira a obtener 800.000 toneladas al año y comenzó estudios sobre la producción de biocombustibles a partir de algas marinas. Cuba fabrica 100 millones de litros de etanol y quiere llevar su producción a 500 millones para 2011, sin dudas es una apuesta muy fuerte la que este país hace.