ARGENTINA RENOVABLE

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EL ESTADO ACTUAL DE LAS ENERGÍAS RENOVABLES EN LATINOAMÉRICA.

La Argentina forma parte de una región privilegiada por su diversidad de suelos y climas, por su caudal de luz solar y vientos en abundancia. Cuenta en la Patagonia, con un verdadero paraíso de vientos. También se presentan favorables escenarios para el aprovechamiento eólico en la costa pampeana, la cordillera central y norte y otras regiones. Los sistemas de aprovechamiento de este tipo de energía varían entre pequeños, para generación de electricidad y bombeo de agua y grandes para producción de energía eléctrica a gran escala.

El sector de la energía renovable de América Latina es casi totalmente dominado por sólo dos formas de energías renovables: hidroeléctrica y los biocombustibles, que representan respectivamente 36% y 62% de la cuota total de las energías renovables. Otras formas de energías renovables han llegado a representar sólo una fracción insignificante de la producción total de energía (1,4%). El problema en sí es que estas dos formas de energía no son en todos los casos las más adecuadas y, de hecho, son cuestionables en la medida de su carácter renovable y sostenible.

Varios países latinoamericanos (Como Brasil, Paraguay, y casi todas las naciones de América Central) han llegado a depender casi por completo del sector hidroeléctrico para la electricidad, que ha creado problemas para ellos en varias ocasiones, sobre todo cuando hay períodos secos prolongados y los niveles de agua caen de manera significativa. Por otra parte, además de crear preocupaciones sobre la seguridad de la energía, las grandes centrales hidroeléctricas han causado graves problemas ambientales y sociales, especialmente en regiones sensibles, como la Selva Amazónica. En este contexto, las grandes centrales hidroeléctricas no pueden ser debidamente consideradas una forma de energía alternativa, sobre todo si las  miramos desde el contexto del desarrollo sostenible

Los biocombustibles también, tanto tradicionales como industriales (Los biocombustibles tradicionales son esos asociados con el consumo de energía para la subsistencia - leña, pasto-, mientras que los industriales y las formas modernas se refieren principalmente a la producción de biocombustibles como el etanol.), por una serie de razones han sido objeto de fuertes críticas de varios grupos de organizaciones no gubernamentales, grupos civiles y de ciertas autoridades gubernamentales. El más común es que los biocombustibles industriales no contribuyen a reducir los gases de efecto invernadero, y provocan una serie de problemas ambientales y sociales, mientras que los biocarburantes tradicionales pueden conducir a la deforestación y otras prácticas no sostenibles. Aunque es discutible hasta qué punto todas estas críticas son ciertas, es evidente que los biocarburantes no son vistos como la solución más óptima por algunos, y que puede, como la hidroeléctrica, tener consecuencias negativas.

Es evidente que la situación actual de las energías renovables en América Latina es peor que lo que parece a primera vista. De hecho, si eliminaramos las grandes centrales hidroeléctricas y la producción de biocarburantes no sostenibles, la región no sería mucho mejor que en otras partes del mundo.

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