Es una de las aplicaciones más comunes de la energía nuclear, con el empleo de isótopos radioactivos, variaciones electromagnéticas y emisión de radiaciones en general, en áreas como diagnóstico y terapia. Un ejemplo son los radiofármacos o trazadores, que son sustancias que al ser introducidas en el cuerpo pueden ser seguidas desde el exterior. El trazador se fija en un tejido, órgano o sistema determinado y se pueden obtener imágenes de ellos. De esta manera, estos radiofármacos han permitido el diagnóstico precoz en patologías óseas, cardiología y oncología, así como infecciones y nefrología. Además, tenemos los ejemplos más conocidos de diagnóstico por rayos X y resonancia magnética nuclear, y tratamientos como la radioterapia para combatir el cáncer.
Radiofármacos
Seguimiento de los radiofármacos.