MITOS Y LEYENDAS
Dicen por ahí, que bien al Sur, en la línea 61 del colectivo que va desde el centro de Bariloche hasta el cementerio del mismo lugar. Una vez se subió una muchacha llorando, con mucho frío y con un vestido blanco. Al verla, el buen colectivero le preguntó que le había pasado, y ella no le respondió. Como era la última y única pasajera en el colectivo, el chofer decidió llevarla hasta su casa. Habiéndole preguntado antes dónde vivía. La chica, tiritando de frío le respondió amargada: - "Vivo en el edificio Bariloche Center" Amablemente, el conductor le ofreció su campera, ella sólo con un gesto agradeció y se la colocó. Al otro día, el colectivero fue a la casa de la chica en busca de su abrigo, pero se llevó una gran sorpresa cuando la madre abrió la puerta y le dijo que ella se había
muerto hace más de diez años!!! Para comprobarlo, esta humilde señora decidió acompañarlo al cementerio para que vea con sus propios ojos la tumba. Al llegar, observaron que sobre la lápida se encontraba intacta y acomodada la campera del buen colectivero!
Un colectivero del micro 47 (medio dormido) recorre sin pasajeros una calle cerca del cementerio, se le cruza una chica por delante del vehículo y sin querer la atropella, asustado arranca el colectivo y huye de esa escena, y a la media hora más o menos, todavía con el colectivo sin pasajeros, el chofer se da cuenta por el espejo que la chica que atropello está sentada en la fila de los últimos asientos, llorando y mirándolo con cara acusadora.
