: : Bicentenario del nacimiento de Charles Chaplin : : CHARLES EN SUS DIFERENTES PAPELES
El genio de Chaplin hay que buscarlo primero en su oficio original: la pantomima, que enriqueció y refinó casi excesivamente, y después dominó (cf. su doble papel en El gran dictador).
A distancia, ella entra en sus películas mudas en composiciones a veces con?ictivas con su sentido del espacio todavía demasiado estrecho, pero pronto más sutil que el de Mack Sennett (relación entre los gestos de personajes diferentes, elección de ángulos, cambios de escala). Después la ?losofía de Charlot, vagabundo famélico, a menudo víctima, a menudo sentimental pero en ningún caso simple, y ligeramente sádico en ciertos momentos, ha sido indebidamente elevada al rango de un humanismo universal (lo que no signi?ca, en absoluto, que la re?exión sobre la condición humana esté ausente). Sus límites están indicados por el famoso gag de
Tiempos Modernos en donde el "hombrecillo" se encuentra a la cabeza de una manifestación... porque agita el trapo rojo de una interrupción de trá?co. Hoy, tras un eclipse de bido a la política malthusiana del mismo Chaplin en cuanto a una nueva aparición de sus películas, al redescubrimiento de Buster Keaton, a la debilidad de los comentarios vacíos que añadió a algunas de sus obras (sobre todo La quimera del oro) y a la cursilería intrínseca de Candilejas, la reedición integral de los largometrajes nos ha recordado la verdadera grandeza, no exenta de amargura pero a menudo dotada de hermosa generosidad, que sigue siendo la de Chaplin.
SU ROL EN CADA UNA DE LAS PELÍCULAS
(biografía extraída de “Cineguía”)
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