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“Las mujeres fueron las primeras que se animaron a salir a la calle en plena dictadura. Fueron las Madres y las Abuelas de la Plaza de Mayo”, asegura Laura Rodríguez Agüero, historiadora de la UNCUYO e integrante del IDEGEM. Por su parte, Violeta Ayles, también historiadora e integrante del IDEGEM, afirmó que fueron las familias las que salieron a luchar por sus desaparecidxs. “No fueron solamente las mamás y las abuelas. También estuvieron los papás, los abuelos, lxs hermanxs. Pero específicamente las mamás pudieron jugar un rol político fundamental y organizarse y generar un espacio de organización colectiva, que eso debiera ser un primer aprendizaje para todxs nosotrxs: la necesidad de dar las luchas hermanadas con otras y no en solitario. Eso fue algo que tuvieron que aprender forzosamente”. Las prácticas represivas desplegadas por la Junta Militar tuvo una fuerte incidencia del género. Estas prácticas se aplicaron según los roles de género y, aunque no puede decirse que fueron más violentas contra las mujeres que contra los varones, sí hubo distinciones. Violeta Ayles subraya, en este sentido, la práctica sistemática de lo que fue la violación sexual hacia las mujeres detenidas en los centros clandestinos de detención. “La práctica de violación sexual individual y grupal contra mujeres secuestradas fue una constante y tiene que ver con el desempeño de la violencia patriarcal dentro del plan genocida-represivo”, ratificó.
HECHOS QUE QUEREMOS RESALTAR
- 30 de abril de 1977, en plena dictadura cívico-militar, las Madres marcharon poElr primera vez alrededor del monolito que está en el centro de la plaza. Lo hicieron después de que un oficial les dijera "circulen, circulen". Ante la falta de respuestas, Azucena Villaflor, una de las madres expresó "individualmente no vamos a conseguir nada. ¿Por qué no vamos todas a la Plaza de Mayo? Cuando vea que somos muchas, Jorge Videla (el entonces presidente de facto) tendrá que recibirnos".Azucena Villaflor de De Vincenti, Berta Braverman, Haydée García Buelas, María Adela Gard de Antokoletz, Julia Gard, María Mercedes Gard, Cándida Gard, Delicia González, Pepa Noia, Mirta Baravalle, Kety Neuhaus, Raquel Arcushin y dos mujeres más de las que no se conocen sus nombres se juntaron en la Plaza de Mayo. La orden de la Policía Federal fue que circulen porque no podían quedarse allí reunidas manifestándose. Entonces, tomadas de los brazos, comenzaron a dar vueltas alrededor de la Pirámide de Mayo, originando así la primera ronda de muchas otras que se sucederían, jueves a jueves, a lo largo de todos estos años de lucha, una lucha que no cesa, gobiernos tras gobiernos, logrando el reconocimiento internacional. Azucena Villaflor tuvo el mismo destino de su hijo. Fue secuestrada en diciembre de 1977 y desaparecida. Su cuerpo apareció el 20 de diciembre en las playas de Buenos Aires, pero fue enterrada como NN. Fue identificada en 2005.
Los pañuelos blancos, símbolo de lucha, símbolo de justicia
- 1983 Restituida la democracia, y como producto de profundas diferencias en torno de las tareas de investigación sobre los crímenes cometidos, de la construcción de justicia, de la posible identificación de los cuerpos de los detenidos-desaparecidos, como así también de la aplicación de políticas reparatorias en beneficio de familiares y víctimas, el organismo sufrió un proceso de ruptura que dio lugar a la conformación de los dos organismos de madres que continúan hasta el presente: Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Con todo, a lo largo de estos 40 años de lucha, las Madres intervinieron en diferentes situaciones de conflicto y vulneración de derechos, al tiempo que se constituyeron en uno de los principales referentes en materia de derechos humanos a escala nacional, regional e internacional. Y así, desde sus profundos dolores de madres, se consolidaron como un actor político de peso en la arena pública, ineludible y profundamente necesario para la lucha por la defensa y ampliación de derechos.