LA CÁTEDRA

To lo que tenes que saber

El Diseño, como disciplina, no opera de manera aislada, su condición de existencia es la articulación del lenguaje visual y del verbal. Si bien el Diseño trabaja a partir de recursos propios (la Tipografía o la Morfología, por citar algunos ejemplos) también apela –de manera sistemática– a la Ilustración, una disciplina de relación parental al Diseño pero con una fuerte identidad propia. La Ilustración comparte con el Diseño su carácter proyectual y como complemento, le aporta especificidad. Por un lado, en el ámbito técnico a través de su materialidad propia y diferente; por el otro, en el ámbito verbal a través de su evidente subjetividad. En la práctica profesional a menudo el Diseño y la Ilustración son parte de un mismo objeto de comunicación y muchas veces el límite entre una y otra disciplina es un espacio indefinido. Es por ello que, en la actualidad, se torna fundamental incluir en la formación de los diseñadores los conocimientos específicos que conlleva la Ilustración consolidada como un campo práctico en sí mismo desde el siglo XIX. Asimismo es preciso señalar que, a través de la Ilustración, los estudiantes de diseño podrán interiorizarse en una dinámica de taller-laboratorio de experimentación ya que precisamente es ese el espacio de acción donde se define y construye esta práctica. Además, es interesante advertir que el alcance de la materia no sólo comprende al campo específico del Diseño Gráfico, ya que esta disciplina guarda una estrecha relación con las carreras de Diseño de Imagen y Sonido (concretamente en lo que se refiere a la animación) y de Diseño Textil (en cuanto al desarrollo de figurines y estampados sobre telas). El campo específico de la Ilustración amplía el horizonte no sólo profesional de los egresados de la carrera de Diseño al tiempo que ofrece un caudal de conocimiento específico para los futuros diseñadores.