El primer cultivo transgénico en
Argentina fue la soja tolerante a
glifosato. Se aprobó en 1996 y
desde ese momento el área
sembrada con cultivos GM ha
crecido en forma sostenida. Con
23,9 millones de hectáreas en
2012 (el 14% de la superficie
global), Argentina es el tercer
productor mundial de este tipo
de cultivos, después de Estados
Unidos y Brasil.
La tasa de adopción de cultivos
GM es una de las más altas en
cuanto a adopción de nuevas
tecnologías en el sector
agropecuario argentino, y
supera inclusive a la observada
con la incorporación de los
híbridos en el cultivo de maíz.