Corre a 70% de tu máxima velocidad con tus brazos doblados en un ángulo de 90°, moviéndolos de atrás hacia adelante con toda la energía que tengas. Entre más atrás vaya tu codo, más largo será el paso. Balancea el movimiento de tus brazos hasta que encuentres la distancia cómoda para seguir corriendo a ese ritmo.

Usa ropa cómoda, pantalones deportivos que te permitan estirarte y mover bien las piernas. La ropa de nylon o fibras sintéticas absorben la humedad y te hacen sentir más fresca. Lo más importante son los tenis, elige unos cómodos, diseñados para correr grandes distancias.

Para mejorar tu condición física intenta saltar la cuerda, correr a diferentes velocidades, andar en bicicleta, nadar, etc. La idea es que tus huesos se refuercen, tus músculos se fortalezcan y tu ritmo cardíaco aguante el impacto.

Durante tu entrenamiento debes comer correctamente, de preferencia una dieta que te dé una nutrióloga pensando justo en tu meta. Además debes consumir más calcio de lo normal, para que tus huesos estén fuertes. Considera un suplemento.

Ve aumentando la distancia que entrenas gradualmente, con un plan específico hasta que termines corriendo un poco más de lo que implica la carrera.

2 semanas antes del maratón investiga qué bebida estarán dando durante la carrera y empieza a tomarla para que tu cuerpo se acostumbre a sus efectos.