VUELVE TECNÓPOLIS

Esta muestra dedicada a la ciencia, la tecnología y el arte ya es parte de la Argentina. Una propuesta abierta a la sociedad y construida por la comunidad que es indisoluble de un proyecto de país que apuesta al desarrollo productivo, a la innovación tecnológica, a la investigación científica, a la creatividad como motor del crecimiento personal y colectivo.

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PREMIOS IMAGINARY

En la última jornada de Tecnópolis, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Dr. Lino Barañao, participó en la entrega de los premios Imaginary Argentina a las imágenes más creativas, desarrolladas a través de un programa que combina matemáticas y arte. Más de 300 trabajos fueron recibidos y cada uno de los tres ganadores recibieron una tablet.

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DOMINGO CON MÚSICA

El anfiteatro ubicado en la terraza del Pabellón de la Secretaría de Cultura, que fue inaugurado el fin de semana pasado y cuyo lema es "La Cultura Crea Valor", vivió su jornada de fiesta cuando, pasadas las cinco de la tarde, se presentó la Bomba de Tiempo ante unas mil personas que vibraron y bailaron durante una hora en una tarde de domingo que no pudo haber sido mejor.

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CIERRE 2012

La promesa de una noche inolvidable para despedir la edición 2012 de Tecnópolis se cumplió: Catupecu Machu entregó su habitual energía y repasó sus hits para la ovación de miles de personas. Antes, El Choque Urbano realizó un impactante show en conjunto con la Fanfarria AltoPerú de Granaderos y el grupo de teatro aéreo Prix D´Ami.
El clima que regaló la noche en Villa Martelli no podía ser mejor y la expectativa era grande entre las miles de personas que se acercaron a presenciar el show de cierre de Tecnópolis 2012, que se realizó en la explanada de ingreso al parque, sobre la avenida General Paz. El espectáculo comenzó alrededor de las 19:45 con una novedosa interpretación del himno nacional realizada por la Fanfarria AltoPerú de Granaderos en combinación con el grupo de percusión El Choque Urbano. El primer acorde fue disparado por un acróbata vestido de granadero que, amarrado a una soga, se deslizó desde los 38 metros de altura de la Torre de Comunicación, hasta el escenario.

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