¿POR QUE HAY QUE DEFENDER LAS ENERGIAS ALTERNATIVAS?

Desgraciadamente, la mayoría de los ciudadanos no son conscientes de la espiral de consumo energético en la que estamos imbuidos. Recientemente, en un seminario sobre la sostenibilidad del modelo energético y la gestión de la demanda y energías renovables, todos los participantes afirmaron que el ritmo actual de crecimiento de la demanda eléctrica en España es insostenible.

Las tecnologías solares térmicas se basan fundamentalmente en la transformación de la radiación solar en energía térmica para la obtención de un vapor de alta temperatura o un gas para alimentar una turbina o un motor que producirán la energía para verter en la red. Además, la energía solar recogida puede ser almacenada en un medio líquido o sólido como las sales fundidas, cerámicos u hormigón, para ser utilizada posteriormente. Este tipo de tecnología comienza a desarrollarse por sus rendimientos ya demostrados y deben mejorar sus costes de producción en masa. La energía solar fotovoltaica se basa en un sistema semiconductor que absorbe luz y la convierte en energía eléctrica. Este tipo de energía puede ser utilizada en telecomunicaciones, señalización, alumbrados de calles y carreteras, desalación de aguas, bombeos e incluso electrificación de viviendas aisladas.

En la actualidad comienzan a desarrollarse huertos solares que son plantas de generación de energía eléctrica con ocupación de decenas de hectáreas. La biomasa, como fuente de energía, es obtenida a partir de la energía almacenada en los residuos forestales, agrícolas, ganaderos, industriales y urbanos e, incluso, cultivos energéticos. Se genera utilizando procesos termoquímicos o bioquímicos y está orientada a la producción de energía térmica y eléctrica. La mejora de la tecnología en la última década ha aumentado su rendimiento y reducido las emisiones de partículas y monóxido de carbono. Las emisiones de gases contienen muy poco azufre y bajo contenido en cenizas frente a otros tipos de combustibles como el gasoil y el gas, por lo que ambientalmente son más asumibles, dado que el dióxido de carbono de las emisiones es el que ha sido captado anteriormente por las plantas.

La energía eólica es otra forma de aprovechamiento de la energía solar, que entre un 1% y 2% es convertida en ella por las diferencias de temperatura que provocan la circulación del aire. Los aerogeneradores producen electricidad a partir de la fuerza del viento, convirtiendo la energía mecánica en eléctrica. Entre los inconvenientes se citan el impacto visual, alteraciones biológicas y geológicas del entorno, el ruido y el impacto sobre la fauna, fundamentalmente entre las aves. La renovabilidad de este tipo de energía no puede ser una puerta abierta y libre para su instalación en cualquier punto de Andalucía o de la provincia de Córdoba. Dado su alto consumo de territorio y potenciales generadores de microclimas, su ubicación debe ser compatible con los planes de ordenación del territorio y las características naturales intrínsecas de cada comarca. Por ello, los lugares ambientalmente menos sensibles deben ser los receptores de este tipo de instalaciones.

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