Como dato curioso, un coche eléctrico convierte entre el 60 y 90% de su energía en energía mecánica, y por lo tanto en movimiento. Sin embargo, los coches de combustión interna, sólo llegan estar entre un 15 y 20% de conversión.
La diferencia principal entre los coches híbridos y los totalmente eléctricos, es que los primeros cuentan con motores de combustión (o térmicos) más uno o varios eléctricos. Sin embargo los vehículos eléctricos, como su propio nombre indica, únicamente obtienen su propulsión a partir de un motor eléctrico. Sin embargo, lo que mucha gente no conoce, es que los coches eléctricos, pueden obtener la energía para su propulsión, a través de varias fuentes de energía. Aunque la fuente de energía más extendida en todo el mundo es la química y eléctrica (las baterías), existen otras fuentes: como son la cinética (como el volante de inercia, una especie de KERS, en la F1), energía solar y energía nuclear. Otra fuente de energía que cada vez está más extendida es la pila de combustible; en este caso por ejemplo con hidrógeno.
Sin embargo este tipo de coches, lo dejaremos para un futuro artículo más especializado sobre los coches que funcionan con hidrógeno, pero siguen siendo considerados como coches eléctricos. Los coches eléctricos son más simples Los híbridos en serie son más eficientes que el resto de los híbridos, precisamente por el hecho de que un sistema de propulsión eléctrica es mucho menos complejo que los coches con motor de combustión. Es por ello, que un coche totalmente eléctrico, siempre será mucho más eficiente, puesto que es menos complejo. Esto hace que la transmisión de la fuente de energía al asfalto siempre se podrá realizar de manera más óptima. Por decirlo de alguna manera, a igual cantidad de energía, el coche eléctrico consume menos y contamina menos también.
Reservados los derechos al webmaster y a todo aquel que le gusten los autos ecologicos