LAS ABUELAS DE LA PLAZA DE MAYO, con su lucha infatigable, se han transformado en uno de los principales paladines y símbolos del valor de la democracia y la paz en América Latina, uno de los continentes más golpeados por las interrupciones del orden constitucional. Con su EJEMPLO TENAZ, han contribuido a generar una incipiente cultura de los derechos humanos, manifiesta en el apoyo cada vez más generalizado de la sociedad civil en Argentina y el mundo a la causa de la humanidad. En particular, han sido una fuerza determinante en la consolidación del derecho de identidad como derecho humano fundamental. A través de su TRABAJO SOSTENIDO, han localizado y restituido la identidad de 101 nietos apropiados por la última dictadura militar argentina, garantizando la contención y la restitución global de la identidad de los mismos. Asimismo, han sido responsables de logros y leyes destacadas como el “índice de abuelidad” (método específico para determinar la filiación de un niño en ausencia de sus padres, a través de análisis de ADN), la creación del Banco Nacional Genético, y de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad y la recuperación de los ex centros clandestinos de detención para transformarlos en espacios de la memoria, entre otros.

MAS ALLÁ DE LAS FRONTERAS dieron el aporte fundamental para la incorporación de tres artículos (7º, 8º y 11º) en la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño y el Adolescente, que garantizan el Derecho a la Identidad. Además ratifica que los derechos humanos se construyen, que no están fijados en un momento dado y que quedan para siempre en la memoria, como resultado de la lucha y de la acción de los ciudadanos en determinados procesos históricos. PROMOVIERON al Derecho a la Identidad, derecho básico y fundamental, tan importante como el derecho a la vida y el derecho a la libertad. Una persona no es libre ni puede desarrollar un proyecto de vida si no conoce su origen. DEMOSTRARON que desde el dolor y desde el horror se puede reconstruir, y además se puede dejar un legado por la paz y la justicia a la sociedad, tanto para la Argentina como para la comunidad internacional. Por todo esto y mucho más, Las Abuelas De Plaza De Mayo constituyen una referencia legítima e imprescindible del proceso de paz y democratización de Argentina y el mundo, así como defensoras y promotoras fundamentales de los derechos humanos.