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INFO
En los últimos años Buenos Aires se ha convertido en un centro destacado del arte contemporáneo a la par de las capitales del arte del mundo como Nueva York y París.
Jóvenes artistas tienen la oportunidad de presentar sus trabajos en una nueva generación de centros de arte, tales como la Fundación Proa y la galería de Ruth Benzacar.
Los orígenes de este panorama pueden rastrearse en la década del 90, cuando se implementaron dos experiencias fundamentales. Por un lado, el programa de clínicas de la Fundación Antorchas, que favoreció el intercambio entre artistas y críticos de todo el país. Por esos años también se implementó la Beca Kuitca. En estos circuitos se generan intercambios y comunidades educativas que funcionan en forma paralela a la enseñanza de las escuelas. Mientras esto ocurría localmente, en el mundo crecía la oferta de bienales, becas y residencias.
Diego Garavinese
Leche
Acrílicio sobre tela
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200 ANOS DE ARTE ARGENTINO