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Reabrió el Puente Transbordador Nicolás Avellaneda
El Transbordador volvió a funcionar tras más de 60 años y ya se hacen viajes con capacidad para 16 personas.
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El presidente de ACUMAR, Martín Sabbatella, participó este mediodía de la presentación oficial de la reapertura del Puente Trasbordador Nicolás Avellaneda, junto al administrador general de Vialidad Nacional, Gustavo Arrieta; el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi; el senador provincial Emmanuel González Santalla.
El cruce de los 77 metros que separan ambas orillas del Riachuelo se realizará bajo el estricto cumplimiento de los protocolos de bioseguridad establecidos por el Gobierno Nacional para evitar la propagación del coronavirus. Los viajes funcionará de 8 a 18 y la frecuencia dependerá de la demanda de la gente.
Participaron también la diputada nacional Magdalena Sierra; el presidente de la Junta Comunal N°4 de CABA, Ignacio Álvarez; la legisladora de la Ciudad de Buenos Aires, Lucía Cámpora y por ACUMAR, el director Ejecutivo de Gestión de ACUMAR, Daniel Larrache; el director general de Gestión Política y Social, Antolín Magallanes y la directora del Consejo Municipal, Natalia Gradaschi.
Buenos Aires: reapertura del Transbordador Nicolás Avellaneda
Declarado patrimonio cultural por la UNESCO, se trata del único puente transbordador operativo del continente americano.
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El transbordador cruza el río Matanza-Riachuelo, vinculando la av. Almirante Brown del barrio porteño de La Boca, con la av. La Plata de la Isla Maciel (Dock Sud), partido de Avellaneda. La emblemática estructura fue inaugurada en 1914 y estuvo en funcionamiento hasta 1960.
Cuenta con una longitud de 77 metros y una altura de 44 metros sobre el nivel del río. Originalmente, podía transportar hasta 30 personas por viaje y cuatro carros con sus respectivos caballos.
El largo proceso de recuperación, a cargo de Vialidad Nacional, se extendió entre los años 2013 y 2020. Hoy, luego de más de seis décadas, volvió a operar de manera regular, transportando hasta 18 vecinos y turistas por viaje entre ambas orillas.
Su operación, también a cargo de VN, se desarrolla bajo el estricto cumplimiento de los protocolos de bioseguridad establecidos por el Gobierno Nacional.
“El Transbordador es un símbolo de Buenos Aires y en especial del barrio de La Boca. Tras concluir su reparación, hoy estamos ante la puesta en funcionamiento definitiva de esta antigua estructura que finalmente recuperó su razón de ser para los vecinos del barrio de La Boca e Isla Maciel. No hay dudas que este transbordador tiene para todos un valor simbólico y funcional.” Gustavo Arrieta, administrador general.
Historia del Puente
El puente transbordador que se conserva fue inaugurado en 1914. A punto de ser desguazado y vendido como chatarra, finalmente fue conservado y rehabilitado. Desde 2017 y tras casi 60 años sin actividad, el transbordador vuelve a funcionar.
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Historia
A principios del siglo XX el barrio de La Boca era uno de los lugares más prósperos de Buenos Aires, con gran actividad comercial e industrial. En ambas márgenes del río Matanza-Riachuelo proliferaban fábricas, frigoríficos y astilleros, con paso constante de embarcaciones y de trabajadores.
En 1908 se autoriza a la empresa Ferrocarril del Sud a construir un nuevo puente transbordador que conectara el barrio de La Boca (Ciudad de Buenos Aires) con la Isla Maciel en el municipio de Avellaneda (provincia de Buenos Aires). El coste, de unas 100.000 libras esterlinas, sería sufragado íntegramente por la provincia de Buenos Aires.
De estructura de hierro, fue construida por partes en Inglaterra. Desde allí fue enviada en barco y se armó en Buenos Aires; el ensamblado requirió aproximadamente 3 años. Sólo los cimientos de las torres, sumergidos a 24 metros de profundidad, fueron de construcción nacional. La obra fue inaugurada el 30 de mayo de 1914, con el nombre de Puente Transbordador Nicolás Avellaneda, en homenaje al expresidente de la República Argentina (1874-1880).
En puente no sólo permitió el cruce de personas y carros, sino también del tranvía, que atravesaba el Riachuelo montado en la barcaza.
Linea Temporal
1940. Se inaugura un nuevo puente, el Puente Nicolás Avellaneda, a una distancia de sólo 100 metros.
1960. Fin del servicio.
1993-1994. Se ordena su desarme. La oposición de asociaciones de vecinos, historiadores y concejales porteños logra impedir el desguace.
1995. La ciudad de Buenos Aires lo declara sitio de interés cultural.
1999. El gobierno nacional reconoce el Puente Transbordador y sus dos riberas (Isla Maciel y La Boca) en su lista de monumentos históricos nacionales.
2005. Desde este año, la Fundación por La Boca (FXLB) se propone la puesta en valor y funcionamiento del Puente Transbordador Nicolás Avellaneda.
2011. Comienzan los trabajos para rehabilitarlo. Se pinta el exterior devolviéndole su color original gris nube.
2017. Tras sesenta años de inactividad y 6 años de obras, el transbordador vuelve a funcionar.
Parte Técnica - Graficos
Su altura es de 52 metros, el ancho de las columnas es de 27 metros apoyadas en 8 cilindros de hormigón de 4 metros de diámetro y 24 metros de profundidad. La separación de dichas columnas es de 77,5 metros y tiene una luz o tramo libre que deja a la navegación de 53,5 metros, con un gálibo vertical de 43,52 metros sobre el cero del Riachuelo.
Dada las limitaciones que en la época de construcción se presentaban para materializar grandes secciones de alma llena en los cordones se dispusieron platabandas roblonadas de espesores crecientes en correspondencia con las máximas solicitaciones de diseño.
Cuenta con 2 grandes pilas (una por margen). Cada pila del puente se compone de 2 torres de sección cuadrada en planta, con sección decreciente en altura, las que están distanciadas de forma de permitir el acceso a la plataforma. Las 2 torres se unen entre sí por medio de numerosos arriostramientos.
Las 2 vigas principales del puente, descansan sobre las pilas en apoyos fijos y móviles convenientemente ubicados. Las viguetas son reticuladas y descargan en la parte superior del cordón inferior de la viga principal. Las longrinas cuelgan de las viguetas y están conformadas por 2 perfiles compuestos que se han separado suficientemente como para dar lugar a los trenes de ruedas del carro superior. Los 2 rieles de una longrina apoyan directamente sobre hierros doble T, los que a su vez se apoyan sobre una serie de hierros igual distanciados 1,16 metros. El carro, que se mueve sobre los rieles por medio de 4 trenes (2 por longrina) de 4 pares de ruedas, está constituido por un armazón rígido. Lleva además algunas ruedas de eje vertical destinadas a guiar su movimiento y que se deslizan sobre rieles al efecto. Sistema Scherzer.
Completan el puente superior los arriostramientos que solidarizan el conjunto, los pasadizos que permiten el acceso a los diferentes sectores del puente y las poleas sobre las que se deslizan los cables de tracción del carro.
La plataforma o barquilla o transbordador propiamente dicho cuelga de un armazón reticulado rígido que a su vez se articula al carro superior. Una especie de canasto de 8 metros de ancho por 12,7 metros de largo que soportaba hasta 50 toneladas de peso. En la barquilla se transportaban peatones, carros y tranvías, con una capacidad máxima de 30 personas y 4 ejes o carros. El recorrido entre una y otra orilla duraba algo menos de cinco minutos. En la parte superior de la estructura se encuentra una pequeña casilla en la que se ubica el tablero de maniobras y desde donde se maneja el Transbordador.
La estructura del puente está unida en general por medio de roblones.
CIMIENTOS DE CONSTRUCCIÓN NACIONAL - DIRECCIÓN NACIONAL DE CONSTRUCCIONES PORTUARIAS.
Sólo los cimientos de cada una de las dos torres laterales fueron de construcción nacional, realizados por la Dirección Nacional de Construcciones Portuarias, compuestos por ocho cilindros de mampostería de ladrillos de 90 centímetros de espesor rellenos de hormigón, cada cilindro tiene 4 metros de diámetro y puede soportar una carga de 978 toneladas. Se asoman al pie de cada pilar y están sumergidos a 24 metros por debajo de la superficie del agua. Para fijarlos se debieron atravesar varias capas de distintas materias y espesores con el fin de que garantizaran la resistencia necesaria. Para atravesar algunas capas fue necesario el uso de dinamita; la misma era colocada debajo de los azuches y se la hacía explotar eléctricamente. La explosión resquebrajaba el terreno y permitía descender a los cilindros.
El costo total de su construcción y levantamiento fue aproximadamente de 100.000 libras esterlinas. Aun así, el servicio que brindaba era totalmente gratuito para los trabajadores, previa acreditación y en horarios determinados que eran los de entrada y salida a las fábricas.
En este tipo de puentes, la barquilla transbordadora es colgante y de gran capacidad, capaz de transportar vehículos y personas, siguiendo la traza natural del paseo. La barquilla se desplaza a casi la misma altura de las calles que conducen al puente, sin alterar el punto de vista. Esta metodología de traslado tiene grandes ventajas; es fácilmente abordable y da continuidad al recorrido peatonal y visual de quienes se desplazan en él, ya que tanto la separación gradual de una orilla como el acercamiento a la otra refuerzan la sensación de un recorrido sin rupturas.
Cuenca Baja
Las orillas del Matanza Riachuelo son un testimonio de la historia de la Ciudad de Buenos Aires y de los Municipios que integran la Cuenca. En un recorrido atento por las márgenes se vislumbran las marcas de una época de expansión, cuando los inmigrantes europeos se instalaron en la zona desde fines de siglo XIX para trabajar en los frigoríficos, astilleros y talleres. Su llegada al Río de la Plata le dio impulso a la economía agroexportadora y formó un país atravesado hasta hoy por culturas, legados y tradiciones diversas.
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La Torre Gurmendi se levanta frente al Meandro de Brian, el último de los meandros naturales del río antes de llegar a su sección rectificada. Allí se ubica el Club Atlético Victoriano Arenas, club de fútbol fundado en 1928. La rectificación fue construida en las primeras décadas del siglo XX para promover la navegación y evitar las inundaciones y desbordes que afectaban a los barrios de las orillas.
En Avellaneda se levanta la famosa planta de SIAM, sede de una de las empresas emblemáticas de la industria en Argentina hasta los años 60 del siglo XX. Del lado de la Ciudad se encuentra el antiguo edificio de la TAMET, que llegó a ser la metalúrgica más importante de América Latina en los años 20.
A pocos metros, con su estilo neocolonial, el Puente Alsina, renombrado en 2015 como Ezequiel Demonty, contrasta con el paisaje de fábricas y chimeneas de ladrillos y cemento, y es una referencia para los barrios de Pompeya y Valentín Alsina, escenarios de tangos y milongas.
En el sur de la Ciudad de Buenos Aires el río Matanza Riachuelo bordea el área verde de Villa Soldati y Villa Riachuelo, donde hoy se encuentran el Parque Natural del Lago Lugano y el antiguo Parque de la Ciudad con su torre, una de las clásicas postales de la zona.
Más allá, se levantan el portal de ingreso al Autódromo Oscar y Juan Gálvez, el nuevo puente que conecta Lanús con la Ciudad de Buenos Aires, Puente Olímpico Ribera Sur o Puente Lacarra, y el histórico Puente de La Noria.
Más allá llegan a verse las antiguas grúas del puerto restauradas por ACUMAR para proteger un símbolo de la zona.
Siguiendo por las orillas de la Ciudad llegamos al barrio de Barracas donde se levanta el Puente Ferroviario Barraca Peña. A su lado, se encuentran las barracas que le dieron nombre al barrio, entre ellas la Barraca Peña, la más antigua, hoy en proceso de recuperación, y Barraca Espada. Más adelante, en Avellaneda, los gigantescos silos de Molinos Río de la Plata flanquean el río. Y continuando un poco más el recorrido se levanta el Coloso de Avellaneda, construido por los artistas Alejandro Marmo y Daniel Santoro.
El Puente Pueyrredón Viejo es, desde el siglo XVIII, el cruce sobre el Riachuelo más antiguo de la Ciudad. En la plaza construida a orillas del río se extiende el Mural de Homenaje a Quinquela Martín, el más grande de la ciudad. Más allá se encuentra el Puente Bosch, protagonista del famoso accidente del tranvía que en una madrugada de 1930 se cobró la vida de 56 pasajeros que iban a trabajar a Buenos Aires.
El río continúa rodeado de su entorno industrial y de tramos arbolados en donde sigue extendiéndose el camino de las orillas. Entre sus edificios se destaca el de la Ex-Cristalería Papini, hoy llamado “Beatriz Mendoza”, en proceso de restauración por parte de la Universidad de Avellaneda, mientras más adelante yace la estructura metálica del Puente Victorino de la Plaza, con su mecanismo levadizo preparado para permitir la navegación por el Riachuelo.
La Cuenca
Por las diversas características y problemáticas que predominan en cada región, la Cuenca Matanza Riachuelo se subdivide conceptualmente en Cuenca Alta, Cuenca Media y Cuenca Baja.
¿Cuál es tu lugar favorito en la Cuenca Matanza Riachuelo?
Si conocés algún punto de interés que te gustaría sumar al recorrido de ACUMAR, podés escribir a educacionycultura@acumar.gob.ar