Benito Quinquela Martin
(1890-1977)
Es considerado el pintor de puertos y es uno de los pintores más populares del país.
Sus pinturas
portuarias muestran la
actividad, vigor y rudeza de la vida diaria en la portuaria La Boca. Exhibió sus obras en varias
exposiciones realizadas
en el país y en el extranjero, logró vender varias de sus creaciones y otras tantas las donó. Con el
beneficio económico
obtenido por estas ventas realizó varias obras solidarias en su barrio, entre ellas una
escuela-museo conocida como Escuela
Pedro de Mendoza y el Teatro de la Ribera.
Benito Quinquela fue abandonado el 21 de marzo de 1890 en la Casa de Niños Expósitos, Casa Cuna, y allí se fijó su fecha de nacimiento por aproximación: el 1 de marzo. Ese día festejaría su cumpleaños hasta el final de su existencia. En ese orfanato viviría su primera infancia.
Cursó dos años de escuela primaria y empezó a trabajar como colaborador en la carbonería. De adolescente ayudó a su padre en el puerto, como estibador.
El barrio de La Boca significó un especial deslumbramiento para Benito. La Boca era una babel, no solamente por la mezcla de lenguas, sino por la multiplicidad de culturas. Había italianos, japoneses, chinos, uruguayos, yugoslavos, griegos, turcos, negros.
En ese barrio variopinto la cultura era parte de la vida cotidiana. Era natural la presencia de artesanos, tallistas y escultores. El ejercicio del arte era cosa de todos los días. Benito, en tanto que repartía su tiempo entre la carbonería y el trabajo en el puerto, garabateaba, ensayaba, algunos dibujos, con el carbón de la carbonería, como el mismo reconoció,“con una ignorancia enciclopédica”.
Su vocación se afirmó con el ingreso a la academia Pezzini-Stiatessi, una de las tantas instituciones proletarias del barrio. Allí se enseñaban diversas disciplinas, entre ellas dibujo y pintura, y allí adoptó al único maestro que iba a tener en la vida: Alfredo Lázari. Con él empieza la orientación definitiva de la vocación de Quinquela.
LA obra de Quinquela Martín se divide en grandes series: Días luminosos, Días grises, serie del Fuego y Cementerios de Barcos. En todas van a aparecer el paisaje boquense de alguna manera y cuando se aleja demasiado de la realidad pone en el horizonte un elemento “real” para volver a situarnos en el barrio: la cúpula de la iglesia San Juan Evangelista, algún detalle del Puente Transborador, el viejo Puente Pueyrredón de Barracas.
Benito Quinquela Martín falleció el 28 de Enero de 1977 y sus restos fueron enterrados en un ataúd fabricado por él, años antes, porque decía "que quien vivió rodeado de color no puede ser enterrado en una caja lisa". Sobre la madera que conformaba el ataúd estaba pintado una escena del puerto de La Boca.