Un nuevo estudio ha permitido a devuelto el sentido del tacto a un hombre paralizado mediante
señales eléctricas procedentes de un brazo robótico inyectadas en la corteza sensorial de su cerebro.
El uso de implantes dentro del cerebro para detectar señales y para mover una prótesis no es novedoso. Tampoco lo es la idea de recrear el sentido del tacto mediante señales eléctricas. Este estudio se diferencia de los demás porque se aprovecha de la corteza sensorial,
la parte del cerebro responsable de la sensación, para estimular un sentido del tacto directamente dentro del cerebro.
El paciente que participó en el estudio, Nathan Copeland, ha sido incapaz de mover manos y piernas desde que se rompió el cuello. Se le implantó un total de cuatro electrodos en el cerebro, según el Verge. Dos se situaron en la corteza motora para permitirle mover un brazo robótico, y los otros dos en la corteza sensorial, para transferirle las sensaciones de dicho miembro.
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