FADU | UBA | Carrera Diseño Gráfico | Materia optativa cuatrimestral de Ilustración

HISTORIA >>

La Ilustración fue una época histórica y un movimiento cultural e intelectual europeo –especialmente en Francia e Inglaterra– que se desarrolló desde fines del siglo XVII hasta el inicio de la Revolución francesa, aunque en algunos países se prolongó durante los primeros años del siglo XIX. Fue denominado así por su declarada finalidad de disipar las tinieblas de la humanidad mediante las luces de la razón. El siglo XVIII es conocido, por este motivo, como el Siglo de las Luces.

Los pensadores de la Ilustración sostenían que la razón humana podía combatir la ignorancia, la superstición y la tiranía, y construir un mundo mejor. La Ilustración tuvo una gran influencia en aspectos económicos, políticos y sociales de la época. La expresión estética de este movimiento intelectual se denominará Neoclasicismo.

La Ilustración (Lumières, en francés; Enlightenment, en inglés; Illuminismo, en italiano; Aufklärung, en alemán),2 en frase de uno de sus más importantes representantes, D'Alembert, «lo discutió, analizó y agitó todo, desde las ciencias profanas a los fundamentos de la revelación, desde la metafísica a las materias del gusto, desde la música hasta la moral, desde las disputas escolásticas de los teólogos hasta los objetos del comercio, desde los derechos de los príncipes a los de los pueblos, desde la ley natural hasta las leyes arbitrarias de las naciones, en una palabra, desde las cuestiones que más nos atañen a las que nos interesan más débilmente». Esto mismo nos indica que, más que el contenido mismo de sus doctrinas, lo original del movimiento fue la forma de pensamiento y valoración.

Según el teórico marxista Lucien Goldmann, la Ilustración puede ser definida como «una etapa histórica de la evolución global del pensamiento burgués». Como tal, insertaría su filiación doctrinal en el Renacimiento y, especialmente, en las corrientes racionalistas y empiristas del s. XVII (de Descartes, a Locke, pasando por Bacon, Bayle, Galileo, Grotius, Hobbes, Leibniz, Newton, Spinoza, o los libertinos), y basa su posibilidad sociológica de desarrollo en las revoluciones políticas neerlandesa e inglesa, en el empuje de la burguesía y en las transformaciones económicas en gestación, apoyadas en una coyuntura en alza, que desembocarán en la revolución francesa.

En geografía se termina de cartografiar todo el globo, a excepción de los círculos polares y algunas regiones de África. En el arte se abre paso el Neoclasicismo tras el que surgirá como rebelión el Romanticismo del siglo XIX. En física, óptica y matemáticas, los avances son impresionantes gracias a las contribuciones de sir Isaac Newton y otros estudiosos. Surge la economía política como ciencia moderna gracias a las aportaciones de los fisiócratas y sobre todo del liberalismo de Adam Smith y su monumental obra La riqueza de las naciones. A Hispanoamérica llegeron las ideas de la Ilustración a través de la metrópoli.

En los ámbitos de la política y la economía, las reformas impulsadas por el despotismo ilustrado a finales del reinado de Fernando VI y durante el de su sucesor Carlos III tenían por objeto reafirmar el dominio efectivo del gobierno de Madrid sobre la sociedad colonial y contener o frenar el ascenso de las elites criollas.

Las autoridades españolas procedían a una explotación más sistemática y profunda de las colonias. Procuraban, además, fortalecer y aumentar la marina de guerra y establecer unidades del ejército regular español en las diversas regiones de América.

El Diseño y la ilustraciòn >>

El Diseño, como disciplina, no opera de manera aislada, su condición de existencia es la articulación del lenguaje visual y del verbal. Si bien el Diseño trabaja a partir de recursos propios (la Tipografía o la Morfología, por citar algunos ejemplos) también apela –de manera sistemática– a la Ilustración, una disciplina de relación parental al Diseño pero con una fuerte identidad propia.

La Ilustración comparte con el Diseño su carácter proyectual y como complemento, le aporta especificidad. Por un lado, en el ámbito técnico a través de su materialidad propia y diferente; por el otro, en el ámbito verbal a través de su evidente subjetividad. En la práctica profesional a menudo el Diseño y la Ilustración son parte de un mismo objeto de comunicación y muchas veces el límite entre una y otra disciplina es un espacio indefinido. Es por ello que, en la actualidad, se torna fundamental incluir en la formación de los diseñadores los conocimientos específicos que conlleva la Ilustración consolidada como un campo práctico en sí mismo desde el siglo XIX.

La grilla de contenidos que actualmente presenta la Carrera de Diseño Gráfico de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, de la Universidad de Buenos Aires cuenta ahora con la materia Ilustración. Por ello, resulta necesario que el diseñador incluya a la Ilustración como una herramienta posible que le permita –a partir de este lenguaje– enfrentarse al texto verbal de manera amplificada.

Asimismo es preciso señalar que, a través de la Ilustración, los estudiantes de diseño podrán interiorizarse en una dinámica de taller-laboratorio de experimentación ya que precisamente es ese el espacio de acción donde se define y construye esta práctica. Además, es interesante advertir que el alcance de la materia no sólo comprende al campo específico del Diseño Gráfico, ya que esta disciplina guarda una estrecha relación con las carreras de Diseño de Imagen y Sonido (concretamente en lo que se refiere a la animación) y de Diseño Textil (en cuanto al desarrollo de figurines y estampados sobre telas).

El campo específico de la Ilustración amplía el horizonte no sólo profesional de los egresados de la carrera de Diseño al tiempo que ofrece un caudal de conocimiento específico para los futuros diseñadores.