CÁTEDRA WAJSMAN

¡Bienvenidos a Iluminación y Cámara Wajsman Nivel 2!

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LA DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA

Existen infinidad de formas de iluminar o fotografiar una escena. Sin embargo, si proponemos fotografiar un objeto cualquiera contra un fondo neutro, un centenar de fotógrafos obtendrán, sin duda, un centenar de imágenes parecidas; la mayor parte de ellas serán correctas – seguramente habrá unas pocas bastante extrañas.
La diferencia se basa entonces en la creatividad individual. Es por eso que resulta tan difícil enseñar o recomendar “esquemas preestablecidos de iluminación”.
Con la posible excepción del retrato clásico, en el cuál se acostumbra a utilizar una “puesta” más o menos balanceada de luz principal, luz de relleno, contraluz y luz de fondo, no existe una forma “correcta” de iluminar o fotografiar una escena. Una vez aprendidos los temas puramente técnicos, es decir las características de los equipos de registro de imágenes y los materiales sensibles a utilizar (tanto para sistemas de captura fotográficos como electrónicos) y los elementos y sistemas de medición a utilizar para evaluar tanto la intensidad de las fuentes lumínicas, como la exposición correcta para la imagen deseada, lo que queda es apelar a la propia sensibilidad y lograr involucrarse tanto con las ideas del diseñador o director, como las necesidades de la historia a contar.
Recién entonces, el Director de Fotografía o Iluminador o Responsable de la Imagen podrá decidir si necesitará una, diez o cien fuentes de iluminación y de qué características deberán ser las mismas para contribuir significativamente a ilustrar la historia y destacar sus características dramáticas.
El objetivo, en un análisis final, es que el producto audiovisual evoque y provoque en la audiencia la respuesta pensada por el guionista, el director, el director de arte o diseñador de producción, los actores y el director de fotografía.
Para iluminar bien hay que aprender a ver, a mirar y estudiar la luz. La manera en que destaca y modifica los objetos durante el día y la noche, su suavidad en una jornada nublada, el brillo rutilante de una mañana soleada, las cálidas tonalidades de un atardecer de otoño o los brillos y sombras de una escena nocturna.
El aspecto de todas esas situaciones cotidianas debe ser observado y analizado, de tal forma que, situados en el ambiente artificial de una filmación, seamos capaces de recrearlas y reproducirlas....idealmente a través de técnicas indetectables por el espectador.
Además de los conocimientos artísticos – o el talento – que tengamos y apliquemos, la reproducción de “la realidad” particular de cada proyecto requerirá una cuidadosa aplicación de todos nuestras habilidades técnicas.
Esas habilidades se adquieren a través de la práctica constante, observando, estudiando, aprendiendo y poniendo manos a la obra. De esos esfuerzos emergerá el artista que todos podemos llegar a ser.

NIVEL #II