Las plantaciones pretenden crear patrimonio forestal para la propiedad a corto, medio o largo plazo, según sea la calidad del terreno, el régimen climático y las especies elegidas. Anualmente el crecimiento de los árboles provoca el aumento del volumen de madera, incrementándose el capital monetario en función de la calidad tecnológica de la madera y la especie.
Las plantaciones con turnos de corta más reducidos corresponden a especies muy productivas y a climas muy benignos, es el caso de las choperas o el eucalipto. Se trata de plantaciones con buenos ratios de rentabilidad y sobre todo con tiempos de recuperación de la inversión reducidos (entre 10 y 15 años normalmente).
Las plantaciones de turnos intermedios corresponden a frondosas y algunas coníferas plantadas en terrenos fértiles. Entre las frondosas destaca la plantación de frondosas para producción de madera de calidad. Nogal, cerezo, fresno, serbal, arce, peral o manzano son las especies más interesantes. Entre las coníferas se encuentran dos especies exóticas, el pino insigne y el abeto Douglas, y una autóctona, el pino máritimo para las regiones costeras del norte peninsular. Los turnos de corta oscilan entre los 35 y 60 años para la mayoría de las especies antes citadas si bien se obtienen rentas intermedias en las cortas de dosificación de la competencia (claras). La rentabilidad es muy variable en función de la existencia de ayudas públicas y la elección de una especie adecuada al terreno.
En cuanto a plantaciones de turno lento se encuentran la mayor parte de pinos autóctonos y los robles, quejigos o encinas o las sabinas. Estas especies tienen turnos superiores a los 80 años, si bien lo normal es que a partir de los 40 años se empiecen a producir rentas intermedias por claras. Algunas especies tienen aprovechamientos complementarios como el piñón. La rentabilidad económica de estas plantaciones es reducida, que se ve compensada con ayudas públicas para los principales gastos de inversión.
Destacar la existencia de dos tipos de plantaciones singulares dado que su producción principal no es la madera o leña sino otros productos forestales. Por un lado se encuentran las plantaciones de alcornoque cuyo objetivo es la producción de corcho en cada uno de los descorches que se realizan cada 7-11 años. Por otro lado se encuentra la plantación de encina micorrizada, diseñada para producción de trufa.