Productora argentina desde hace casi diez años, Martina Gusmán se da a conocer como actriz con la película de Pablo Trapero Leonera, presentada en competición en Cannes 2008. Trabaja nuevamente con el director en 2010, en Carancho, película seleccionada en Un Certain Regard. Un año más tarde, forma parte del Jurado que preside Robert De Niro.



Usted forma parte del Jurado de los Largometrajes al lado de Robert De Niro. ¿Su papel como Jurado tiene un significado especial para usted?
Si, claramente. Robert De Niro es un actor que todos admiramos mucho, yo fui creciendo con sus películas. Ser parte de este Jurado con él y tener la posibilidad de hablar de cine con él es como un sueño. Los otros miembros del Jurado también son personas que tienen un gran talento.

Cuénteme su primera vez en Cannes ¿Qué lugar ocupa el Festival de Cannes en su carrera?
Fue en 2001, vine con Pablo Trapero, quien además de ser mi esposo, es director de cine argentino. Él presentaba su película Libertad. Y después volvimos en 2002 con El Bonaerense, en la que trabajó en producción. Esa vez vinimos con nuestro hijo que sólo tenía cuarenta y cinco días. ¡Hoy estoy en Cannes como miembro del Jurado!

Justamente, hoy se encuentra del otro lado. ¿Cómo considera su nueva posición?
Cada persona tiene su propia sensibilidad, su forma de pensar, sus sentimientos y sus emociones. Lo que intento es ser una espectadora, sumergirme en cada película, ver qué es lo que quiere proponerme cada director y perderme en la trama. A mí la palabra "juzgar" no me gusta porque siento que emito un juicio, que estoy diciendo si algo está bien o mal. Lo que quiero es simplemente manifestar cuál es el cine que me gusta de esta selección.

Hace más de diez años que es productora de películas, su trabajo es reconocido en Argentina. En su opinión, ¿cuáles son los criterios indispensables para hacer una buena película?
Ser muy coherente con uno mismo, eso me parece fundamental. Y tener muy claro lo que uno quiere contar. Me parece que la clave es ser fiel y coherente con sus ideales, con sus sentimientos y con sus deseos… Porque, finalmente, ¿qué es una película? sino contar un cuento y transmitir un mensaje.

¿Qué piensa del cine argentino? ¿Cómo ve su futuro?
El cine argentino ha venido cambiando muchísimo durante los últimos diez o quince años. Pablo es parte de esta generación que comenzó con el nuevo cine argentino y con la asistencia a festivales. Han cambiado los estilos, los formatos. Ahora son muy distintos. Existe una especie de voluntad muy fuerte, una necesidad de contar historias y darlas a conocer al mundo. Me siento muy feliz de poder acompañar al cine argentino.