Cautive desde la entrada

El empaque del regalo, así podría pensarse el lobby o el recibidor del hotel, esa gran entrada en en la que un huésped o un visitante tiene contacto por primera vez con el alma y la filosofía de la marca.

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No cabe en la cabeza de nadie: ni diseñadores, arquitectos, empresarios, hoteleros y hasta huéspedes, que se tome a la ligera el diseño del lobby del hotel: esa cara que siempre debe estar dispuesta a recibir alegre y cálidamente a sus visitantes.

El recibidor de un establecimiento hotelero es un todo compuesto por partes de vital importancia, cada una debe cumplir su función y su objetivo, partes dispuestas estratégicamente para complacer las necesidades de múltiples perfiles de huéspedes, es como dice Claudia Valencia, consultora colombiana en diseño de interiores, “tal vez el espacio más democrático de toda la propiedad”.

Este espacio es multifuncional, no cumple una sola misión sino muchas y con base en ello debe concebirse cada área, y al mismo tiempo conectarlas en su concepto y en su diseño visual, para que a la vez que lleva a cabo la misión para la cual fue pensada, siga haciendo parte del mismo esquema decorativo.

Según la arquitecta dominicana de la firma Studio E, Eugenia Santos la mente guarda las primeras sensaciones, por ello almacena en su memoria la primera impresión que tuvo al ingresar a un lugar y automáticamente, por asociación, recurre a esa imagen al recordar el lugar.

De los Santos asegura que “en los interiores no hay segundas oportunidades”, por eso es trascendental aprovechar esa primera impresión.

El arquitecto Carlos Joel Morales, explica que el, ya sea residencial u hotelero concibe una relación íntima y secuencial entre sus espacios, para dar la sensación de unidad. Por ello se no se separan por medio de paredes altas sino a través de elementos decorativos como enrejados, paredes bajas o generalmente son áreas abiertas.

Desde el momento del diseño arquitectónico es indispensable pensar en el tamaño de esta área, y decidirse por uno que sea proporcional con el tamaño del inmueble en general, que sea compatible con las dimensiones del establecimiento.

Tres elementos en los que debe pensarse antes de diseñar, construir y decorar el lobby son: filosofía del hotel, estilo del hotel y concepto deseado. La combinación de los tres lo llevará a pensar en la sensación que quiere reflejar, la imagen que pretende transmitir, así como en la paleta de colores y los materiales que deberá utilizar.

Todo cuenta: texturas, iluminación, revestimiento de paredes, elección del mobiliario, diseño del piso y del techo, elección de piezas decorativas y de plantas de interior, “todos esos elementos deben estar íntegramente relacionados entre sí y con la imagen corporativa del recinto”, asegura Eugenia de los Santos.

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Los contenidos de esta página forman parte de un Trabajo Práctico Universitario, desarrollado por alumnos de la cátedra Diaz Cortez y Ocampo de la Carrera Diseño Gráfico de la Facultad de Arquitectura Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires.