Nov
8
EL GRAFITI COMO EXPRESIÓN SOCIAL
Por Mariano Echeverría
El grafiti surge como el único medio posible para visibilizar la incontenible producción simbólica de ciertos sectores sociales sin recursos. Jóvenes cuyo ocio se desarrolla en las calles, que aprovechan el espacio visual de uso cotidiano para comunicar su mera presencia (léase la tradicional tendencia al tag) o, en posteriores desarrollos, para expresar reivindicaciones vetadas en otros medios de comunicación dirigidos por los poderes dominantes.
Vayamos con lo social
El mensaje político puede transmitirse mejor con cierto tipo de lenguaje. Pero lo relevante en este caso no es el lenguaje sino un medio que puede ser intervenido con independencia de los poderes dominantes. Esta independencia de las jerarquías se transforma en autonomía expresiva, no existe regulación institucional que condicione el mensaje.
Grafiti ubicado en el pabellón 3 de Ciudad Universitaria.
Vayamos con lo económico
La proliferacción del grafiti, el stencil y todas sus ramificaciones se explican contextualizándolas en el terreno de la economía de la atención. Explicar ahora el fenómeno no ha lugar. Diré sólo que uno de los bienes escasos que regulan la concurrencia del mercado en una economía de bienes inmateriales (hablamos de capitalismo cognitivo) es la atención. La atención es un bien escaso porque las personas tenemos un límite.
Podemos prestar atención a un número limitado de cosas, mientras que las ideas pueden distribuirse ad aeternum sin desgaste.
Grafitis pintados en diferentes paredes de Buenos Aires.
El grafiti surge como el único medio posible para visibilizar la incontenible producción simbólica de ciertos sectores sociales sin recursos. Jóvenes cuyo ocio se desarrolla en las calles, que aprovechan el espacio visual de uso cotidiano para comunicar su mera presencia (léase la tradicional tendencia al tag) o, en posteriores desarrollos, para expresar reivindicaciones vetadas en otros medios de comunicación dirigidos por los poderes dominantes.