Es una época que aún hoy interesa a los investigadores porque significó una bisagra en la historia: había grandes contrastes y convivían hábitos de la colonia con los primeros avances de la modernidad.
La cúpula de la Iglesia Nuestra Señora de Balvanera enmarca la escena desde lejos. Los edificios de Once no existen, pero sí el ferrocarril y la plaza, que es uno de los puntos de concentración adonde llegan carretas con madera, lana, cueros, frutas o vino. Es 1867, Bartolomé Mitre es el presidente de la Nación y la calle que lo homenajeará todavía se llama Piedad.