Otras notas

Según Kodama, Borges decía que Bioy Casares era "un cobarde"

Sin tapujos, la viuda del autor dice que se lo usó para ganar notoriedad y que la prensa la trata mal.

En dos tiempos. Así habla María Kodama, así vive la viuda del escritor más importante de la literatura argentina. Utiliza casi siempre el pretérito, aunque también se cuela el presente cuando habla de Borges ­a secas­ como siempre que se refiere al autor de Ficciones, su compañero. Piensa en el futuro de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, que dirige, y por la que lidia todos los días con la obra y memoria de su esposo.

En dos tiempos, también, se desarrolló esta entrevista, durante un intervalo en una de las jornadas del Coloquio internacional Borges poeta, organizado por la Universidad de Liepzig y por el Comité Organizador para la participación Argentina como país invitado de Honor en la Feria del Libro de Frankfurt (Cofra).

Nunca, durante la hora y veinte que duró este diálogo partido, pidió que se apagara el grabador.

"Yo no tengo dobles ni triples discursos, puede caer bien o mal lo que diga, puedo ser más suave o más dura, pero siempre digo lo que pienso", dice seria Kodama.

El tono cambia cuando el argumento es Borges y su poesía. Se entusiasma cuando recuerda Arte poética, El otro tigre o cualquiera de los demás sonetos, la forma que Borges elegía para componer, cuando su ceguera no lo dejó más escribir por sí mismo. "Nunca se lo trataba como un poeta, y es lo que él en verdad quería ser. Es lo que yo, como lectora de su obra, siento que él era".

No se anima a clasificar al escritor, aunque asegura que era más vital que intelectual porque, si no, no hubiera calado tan hondo en millones de lectores. Aunque el propio hacedor ­como Borges prefería denominar su oficio­ dijera que la gente hablaba de él, pero no leía sus obras. "Eso quedó comprobado cuando le atribuían disparatadamente el poema Instantes, de Nadine Stair". Kodama tardó 8 años en encontrar el original publicado. "Borges es un trampolín para aparecer. Son personas ávidas de notoriedad", explica. Segundos nomás le llevó negar que su marido hubiera escrito Aquí, hoy, el soneto atribuido a él que apareció en el bolsillo del escritor colombiano Héctor Abad el día que lo asesinaron.

"Borges jamás utilizó la palabra 'mortaja'", justifica.

Kodama le dijo a Clarín que lo que más ama de Borges es que jamás se traicionó a sí mismo.

"Tenía sus ideas políticas y religiosas y las mantuvo contra viento y marea, contra comuniones o defenestraciones. Tenía coraje y reconocía sus errores".

Menos coraje, asegura Kodama, tenía Adolfo Bioy Casares, amigo de Borges, a quien Kodama no le perdona el libro póstumo que lleva el nombre de su marido y en el que, entre otras cosas recuerda, por ejemplo, que el autor, ya ciego, comía con las manos cuando lo invitaba a su casa. Y enseguida, agrega que el propio Borges le dijo que Bioy era "un cobarde", que ni siquiera en privado se animaba a criticar al primer peronismo.

Viajera incansable, sigue escribiendo cuentos y lamenta el trato que recibió de la prensa durante estos 24 años sin Borges. "Sólo trato de hacer las cosas de acuerdo a lo que fue la vida de Borges", dice. No comprende el por qué del supuesto maltrato, pero tampoco la sorprende: "Por algo todos los próceres se fueron del país, porque los expulsaron".

.

Borges de venta por New York City

Se subasta en la Gran Ciudad el manuscrito de "El jardín de los senderos que se bifurcan." del autor emblemático de Buenos Aires. Se estima una puja mínima de $200.000 dolares estadounidenses.

Ernesto Sabato, a las puertas del centenario. Un repado por su obra y por sus experiencias de vida

Casi ciego y recluido en su casa desde hace cuatro años, Sabato no estará prestente en el homenaje que le tributará la provincia de Buenos Aires.

Un retrato del más historiador de los filósofos

Amigo personal del autor de "Las palabras y las cosas", Paul Veyne analiza vida y obra de Michel Foucault, un filósofo inclinado a lo específico, nada intoxicado de universales, la droga preferida de esa profesión.