El 24 de Marzo de 1976, un golpe militar destituyó a la entonces Presidente Constitucional María Estela Martínez de Perón. Los militares golpistas manifestaron que venían a poner "orden", pero el orden que impusieron fue el del terror y la muerte. Durante el período de gobierno se formaron "grupos de tareas" integrados por fuerzas policiales, civiles y militares al mando de militares de alto rango. Secuestraron y asesinaron a miles de personas que inicialmente fueron conducidos a lugares clandestinos de detención, donde fueron detenidos ilegalmente, salvajemente torturados y finalmente, en su mayoría, asesinados. En la Argentina llegó a haber alrededor de 368 campos de detención ubicados a lo largo y a lo ancho del país. La palabra "Desaparecidos" se comenzó a utilizar para identificar a las personas secuestradas que nunca regresaron a sus hogares. Los familiares de los "desaparecidos" desconocían su paradero e ignoraban si estaban vivos o muertos. La censura ejercida por la junta militar impedía la divulgación pública de estos hechos y no era posible ni pensable denunciar la desaparición de un ser querido o de un conocido.Durante esta época se produjo el exilio de una gran cantidad de argentinos, muchos de ellos ilustres o distinguidos que dejaron el país para salvar sus vidas o para vivir libremente en el exterior; mientras que los que se quedaron estaban condenados al silencio para evitar ser secuestrados y eventualmente asesinados.

En ese marco de miedo y silencio surgieron las Madres de Plaza de Mayo, un grupo pequeño de mujeres que por amor a sus hijos "desaparecidos" desafió al Poder.

A medida que sus hijos eran secuestrados, las Madres acudían a golpear todas las puertas que pudieran dar alguna noticia sobre ellos. Así concurrieron al Ministerio del Interior, cuarteles, destacamentos de policía, iglesias, y por supuesto escribían a los integrantes de la Junta Militar que gobernaba el país, al jefe de cada fuerza militar, armada, ejercito y fuerza aérea, pidiendo ser recibidas y planteando sus dramas, pero jamás recibieron respuesta.
Las Madres empezaron a conocerse entre ellas al encontrarse en todos esos lugares y una tarde de Abril de 1977, mientras esperaban para que las atendiera el párroco de la Iglesia Stella Maris, una de las presentes, Azucena Villaflor de Devicenti, dijo: "individualmente no vamos a conseguir nada ¿porqué no vamos todas a la Plaza de Mayo y cuando seamos muchas, Videla (entonces presidente) tendrá que recibirnos ...". Azucena Devicenti eligió la Plaza de Mayo como sitio de las reuniones debido a encontrarse situada frente a la Casa Rosada (sede del Gobierno) y por ser un lugar histórico y tradicional para las manifestaciones. Con el objeto de reconocerse, comenzaron a usar un pañuelo blanco en la cabeza que se convirtió en su símbolo. Cuando comenzaron a reunirse eran un grupo pequeño de Madres que creció hasta ser 300 a 400 Madres y de a poco fueron incorporándose los padres, hermanos, esposas, hijos y nietos de los desaparecidos; y también se formaron grupos de Madres en el interior del país.
Con el paso del tiempo fueron escuchadas y adquirieron fuerza mientras que su prestigio creció en todo el mundo; a punto tal que en otros países de América Latina y de Asia donde se sufría del mismo mal, surgieron grupos de Madres que imitaron la acción de las Madres de Plaza de Mayo.