Se conoce como la Semana Trágica a una serie de disturbios que sucedieron en Buenos Aires en enero de 1919 reprimidos por grupos paramilitares que dejaron un saldo de 700 muertos y 4.000 heridos, 70 de los cuales
pertenecían a la comunidad judía local.
Por ello también se la conoce como "el primer pogrom en América Latina".

Para esa época estaba viva entre los obreros la llama de la revolución social; corrientes de pensamiento
revolucionario socialista y anarquista habían llegado a las costas del Río de la Plata de la mano de la abundante inmigración europea. Las recientes experiencias de la Revolución mexicana y la Revolución Rusa eran además
vistas como un estímulo por los obreros y como una amenaza por las clases dominantes.
Simultáneamente, se daba en Buenos Aires un incipiente proceso de industrialización en forma paralela al modelo agroexportador imperante, lo que permitió la formación de un proletariado urbano.
Los sucesos comenzaron el 7 de enero con una huelga en los Talleres Metalúrgicos Vasena en la Ciudad de
Buenos Aires, que se encontraban donde hoy se encuentra la Plaza Martín Fierro (Barrio San Cristóbal).

Los huelguistas reclamaban la reducción de la jornada laboral de 11 a 8 h, mejores condiciones
de salubridad, la vigencia del descanso dominical, el aumento de salarios y la reposición de los delegados despedidos.

La empresa intentaba seguir funcionando con obreros rompehuelgas, crumiros (carneros) provistos por la
Asociación Nacional del Trabajo, una asociación patronal. Un disturbio entre los obreros en huelga terminó con
la intervención de la policía, que disparó con armas largas contra la multitud.
Los disturbios no tardaron en extenderse a las zonas cercanas, con rotura de vidrios y levantamiento de
adoquines de las calles.
El saldo fue de cuatro obreros muertos y más de treinta heridos, algunos de los cuales fallecieron después.
En resumen, la violenta represión de la policía, el ejército sumado la violenta actuación de la Liga Patriótica
Argentina y las presiones del Yrigoyenismo para que Pedro Vasena, dueño de la fábrica, aceptara los reclamos
de los obreros lograron dar punto final al movimiento el 17 de enero de 1919.