copiando al viejo continente
Hasta 1810 se usa la moda a la española faldas
largas y anchas, enaguas trabajadas, camisa de
lino con encaje, el chaleco o chupa ajustados,
mangas angostas y largas, mantillas de seda o el
rebozo (pieza de género rectangular, clara cu-
briendo cabeza y hombros); peinetas pequeñas
y zapatillas de seda bordadas o brocato y tacos
altos de plata. Pero la moda llegada a Buenos
Aires era pacata y pobre.
Las damas reflejaban
su condición más en los modales y en la coque-
tería que en los vestidos, que se pasaban de
madres a hijas. La moda no estaba asociada al
prestigio de clase y, por este motivo, la gente de
menores recursos se vestía bien.
El 1808 aparece el estilo imperio en Argentina.
Eran vestidos túnica de muselina fina, abiertos,
con el talle marcado debajo del busto, una sola
enagua (humedecida por las damas más osadas
para que pudieran verse las formas de las
piernas) y escotes muy pronunciados.
Llegando al 1820 se deja de lado el sombrero y
se adoptan en su lugar mantillas, abanicos y
flores. A partir de 1830 Buenos Aires se vuelve
más rural, ya que los paisanos y estancieros,
retoma las tradiciones hispano-criollas. Enormes
peinetones (por exageración de lo hispánico) y
el color punzó, símbolo del poder y de los fede-
rales, que utilizan cintas de este color.
Las damas
federales lucen moños punzó, una de las prime-
ras manifestaciones auténticamente argentinas
de la moda. En 1850 se llevaban ocho enaguas, y las damas se asemejaban a flores dadas vuelta.
Hacia 1860 desaparecen los peinetones: se usa
el cabello partido al medio. Hacia 1870 “la gran
aldea” se convierte en una ciudad cosmopolita y
elegante. Un año después, como consecuencia
de la fiebre amarilla, las clases altas comenzaron
a levantar sus palacios en barrio norte, y el negro, el color del luto, se puso de moda.
En1890, El diseño es menos complicado: queda
solo una enagua, y las faldas se llevan sujetadas
a un costado. La blusa de lencería aparece con
fuerza con cuellos con ballena.
Las damas
federales lucen moños punzó, una de las primeras manifestaciones auténticamente argentinas
de la moda.